Este es un antiguo post que recupero algo remodelado, en el que dejo en imágenes un esquema del proceso de creación de una pieza de barro en una torneta de mesa, que es una técnica que utilizo habitualmente en mi taller. Se tarda más tiempo en hacer cada cacharro que con el torno, pero es un proceso que a mí me resulta muy placentero.
Primero se amasa bien el barro, para mejorar la textura, eliminar burbujas de aire…
Con el rodillo se acaba de amasar y se comienza a extender el barro
Finalmente se extiende una plancha de barro de grosor uniforme
Ahora se preparan las tiras o churros con los que se harán las paredes de la pieza de cerámica
Lo primero es preparar la base de la pieza, cortando el diámetro que se quiera con el punzón
Con el punzón se marca el borde donde se va a añadir el barro y se pinta con barbotina (un barro líquido) que actúa como “pegamento”.
Se comienzan a añadir “churros” de barro para iniciar las paredes de la pieza
Con el palillo se pega bien el barro añadido y se alisa por dentro y por fuera, procurando siempre no descentrar la pieza.
Esta torneta es de mesa y se le da impulso de giro a mano. Poco a poco se van añadiendo churros y dando forma al cacharro
Más tarde, cuando la pieza ya está seca, se utiliza un estropajo para lijar pequeñas imperfecciones antes de cocerla. Luego, se deja secar del todo y…. ¡al horno!
El verano conlleva mucho trabajo en un casa de turismo rural y por eso -y un poco por vagancia, para qué lo vamos a negar- tengo muy abandonado el blog, aunque hay quien no ha dejado de entrar… (¡gracias!). Así que ahora que estoy algo más libre de mi actividad de hostelera en Los Riegos, a ver si me desperezo y subo algunas de las últimas cosas que hice.
Hoy os enseño una vajilla que hice hace tiempo para Sonia, que vino a recogerla este mes de agosto. Hacía un año que no venían y me gustó mucho verles, la verdad. Yo la llamo vajilla de otoño, para diferenciarla de otros modelos que me quedaron mucho más primaverales, y creo que quedó muy guapa y propia para las épocas que se avecinan. Son 6 servicios de plato llano, plato hondo y cuenco, (estos dos últimos son intercambiables, porque lo mismo valen para servir un primero que para un postre) y 3 fuentes. Hoy subo algunas fotos y ya otro día pondré alguna más (seguimos teniendo gente y me tengo que ir a servirles la cena :-)).
Los mantelillos que se ven en las fotos son de los que hacía nuestra tía-abuela Angelita y son preciosos (aunque ya sé que debería haberlos planchado un poco mejor…). Me gusta mucho cómo contrasta el encaje con el barro.
Para el desayuno, para el postre, para una crema o para un picoteo… Yo los uso para todo y la mesa queda guapísima. Y en estas fotos de Ángel Diego quedan bien chulos ¿verdad?
Me gusta la fase de decorar la cerámica y algunas técnicas en especial. Aquí van algunas de los motivos decorativos que utilizo en mis cerámicas y algunas de las técnicas empleadas, aunque hay más…
Los engobes. Su mayor ventaja: puedes crear muchísimos colores, aunque son colores “planos”. Se aplican sobre la pieza antes de ser cocida (bizcochada). Son divertidos y versátiles. Luego se aplica encima un esmalte y el color final puede cambiar en función del esmalte que se elija. Aquí va un ejemplo de la decoración de una fuente.
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Decoración sobrecubierta con óxidos: No hay mucha variedad de óxidos que funcionen bien pero me gustan porque te permiten jugar con las intensidades y hacen aguas, vamos, como si fueran acuarelas. En estas fotos hay óxido de cobalto, de manganeso, de hierro y de cobre, pero antes de cocer se ven diferentes a una vez cocidos. Y me gusta mucho pensar que los óxidos se usan desde hace miles de años…
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A veces empleo las dos técnicas mezcladas: pinto algunos detalles con óxidos sobre la pieza ya decorada con engobes y bizcochada.